LA PANDEMIA Y LA CUARENTENA

23 de julio de 2020
LA PANDEMIA Y LA CUARENTENA

Cuando nos hablan de la pandemia nos imaginamos la películas donde todos corren, se desesperan, piden auxilio, escapan de lo malo que está por llegar, buscan donde esconderse, se marean y no saben para dónde ir. Todo cambia cuando uno pasa a ser protagonista de aquello que nunca nos hubiésemos imaginado que a nosotros nos iba a suceder.

No se trata de correr, de desesperarse ni de buscar donde esconderse, aunque sí de escapar de lo malo que nos puede pasar y de cuidarnos en nuestras casas como si nos estuviéramos escondiendo de aquello que causa la pandemia.

Vivir la cuarentena significa aprender a transformar mi vida, ya sea, comunicándome con mi familia y amigos en forma virtual en lugar de reunirme con ellos; dejar de hacer lo que más me gusta, como el deporte por actividades que antes sólo eran de entretenimiento en una entre hora; estudiar a la distancia, a través de la computadora y solo, en vez de estar en un aula con mis compañeros y profesores; contener la ansiedad y las ganas de salir; buscar como alternativa de mis espacios fuera de mi casa aquéllos que ofrece mi casa y mis cosas; acostumbrarme a ver a mi familia todos los días, todo el día cuando antes solo los veía un ratito por día; encontrar en mi hermana la compañía que antes me daba un amigo; compartir con mis padres lo que antes compartía con otros; en fin, fue un transformar mi vida.

Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, ya que si bien no fue una elección -con lo cual tuve que cortar con cosas que me gustan mucho y me hacen bien, como hacer básquet, estar con amigos, hacer actividades extras, compartir con mis compañeros- por otro lado, puedo compartir más con mis padres y mi hermana, y tengo más tiempo para pensar en cosas que antes no tenía tiempo.

Opino que algún día va a terminar todo esto… ya volveremos a reencontrarnos, abrazarnos, a compartir la rutina, a salir sin problemas; pero creo que con otra valoración de las cosas, no dando todo por hecho y apreciando más todo.

Por Dylan Sánchez Atlas 4º año Taller de Periodismo